miércoles, marzo 13, 2024
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PODEMOS y 5 causas de sus malos resultados.

Las cloacas lograron su objetivo pero las batallas internas hicieron el resto.

Soy de Podemos y con bastante atrevimiento, sin una sesuda reflexión nada más terminar el recuento de las elecciones vascas y gallegas, compartí con mi gente una primera valoración que,  como no puede ser de otra manera y vistos los últimos resultados, tenía que ser en plan de autocrítica. Ésa que también pedía anoche Pablo Iglesias y que creo había que hacerla de verdad, sin hacernos trampas en el solitario.

Hoy, corregida y matizada, la hago pública empezando por decir que los malos resultados de PODEMOS, tienen dos tipos de causas bien claras: Tres «ad intra» y dos «ad extra».  Añadiendo que las dos «causas externas» no dependen mucho de nosotros, ni está en nuestra mano el poder solucionarlas, mientras que las tres «causas internas», ésas sí que son culpa nuestra y en nuestras manos está el ponerle solución, de cara a volver a ser esa alternativa quincemayista que, partiendo de un alto grado de indignación, pretendía hacer una política distinta en este país, centrada más en solucionar los problemas de la gente y luchar por desenmascarar y erradicar la corrupción.

A) CAUSAS «AD EXTRA»: Sin pretender echar balones fuera que distraigan la necesaria autocrítica, si me parece justo tener en cuenta las causas externas, al menos éstas dos:

  1. El mismo sistema, gobernado por los de siempre,  – y al que molestamos-  que con sus cloacas políticas, policiales, judiciales y mediáticas, han ido tan expresamente contra Podemos y han inventado tantos cuentos que ha logrado que una gran mayoría se los haya comprado hasta el punto de temerlo -y hasta odiarlo- y de creer que su líder, Pablo Iglesias, sea el político peor valorado, cuando no hay una sola causa contra el y valga más que los políticos de éste país.

Y claro, con tantos medios, antes consiguieron evitar que se gobernara con 6.000.000 de votos y ahora, también consiguen gran parte de su objetivo, hasta el punto de que una gran mayoría odia a Podemos y a toda su gente, se llamen Pablo, Irene, Antón o Miren.

2. El fuego amigo que representan los muchos ex, que se fueron de Podemos, de una manera o de otra, más justamente o menos, y con unos sistemas o con otros, pero que no lo hicieron discretamente, ni se quedaron en casa, ni se fueron a otro partido (aunque algunos sí que lo montaron) sino que se han dedicado a criticar, a emponzoñar, a denunciar incluso penalmente, haciendo gran daño a la organización gracias a que sus críticas siempre son amplificadas por los partidos rivales y por los medios del sistema.

Y ahí están dolorosos ejemplos de compañeros a los que respeto pero con los que no comparto estrategia, como Ramón Espinar, ya la misma noche (acusando de endogamia, incapacidad para llegar a acuerdos, sectarismo, autoritarismo… ), Iñigo Errejón a la mañana siguiente (diciendo que Podemos ya no existe, sólo una cosa llamada UP con los resultados de siempre de IU), o Fernando Barredo (que aun llevando algunas veces razón, su obsesión contra Pablo Iglesias, sus duras acusaciones y declaraciones que tan felices le compran OkDiario y los medios de las derechas, y sus formas, dañan enormemente a Podemos).

Cuando yo no he estado de acuerdo con las líneas importantes de un partido, lo que he hecho ha sido irme de él, haciendo un discreto mutis, tras explicar mis motivos, pero sin hacer leña del árbol caído o ir en su contra como un resentido más. Y conste me he ido de dos partidos, siendo coordinador provincial, … ¿Alguien me oyó ir en contra de ellos después?

B) CAUSAS «AD INTRA». Mucho nos engañaríamos si las culpas, sólo las echáramos fuera sin considerar aquella otras «causas internas», máxime cuando además, ésas sí que dependen de nosotros para poder cambiarlas. Y curiosamente las 3 refieren la sempiterna división de la izquierda, que siempre nos hace polvo y de la que nunca aprendemos.

3. Un primer error fue no entender ni respetar las confluencias y sus necesarias autonomías dentro de un mismo proyecto. Algo se debió de gestionar mal cuando muchas de ellas terminan fracasando, quizás por no haber entendido a los territorios, quizás por haberles querido imponer a sus líderes en lugar de que los eligieran las bases.

Así a los fracasos iniciales de Compromís en el País Valenciano o de Podemos en Andalucía (cuando aún eran confluencia dentro de Podemos), se suman ahora Galicia en Común y Elkarrekina en Euskadi.

4. Un segundo error propio creo que han sido esas otras divisiones -supuestamente ideológicas- que implicaban el abandono de la marca propia para volar en solitario. No hay que ser un lince para ver que no solo no han resultado (siempre han restado fuerza, votos y representación) sino que han abierto más brecha en la organización.

Me refiero a los casos de Baldoví en Valencia con Compromís, a Errejón en Madrid con Más País o a Rodríguez en Andalucía con Anticapitalistas. Que si, que estaban en su derecho, pero que creo que aquí no debería de sobrar nadie y deberíamos caber todas y todos.  

Siempre he creído en la diversidad (de opiniones, de pensamientos, de tendencias,…) pero dentro de la unidad  (el mismo partido o formación incluso con un único nombre, aunque reconociera sus diversidades y confluencias dentro), y

5. Un tercer error también son las batallas internas en los actuales procesos de primarias, en los que terminamos, si no matándonos entre compañer@s, si perdiendo amistades, fuerza y complicidades,  dando un patético ejemplo del partido alternativo, heredero del 15M que quería regirse por otros valores, y otras prácticas y perdiendo gente, adeptos, círculos y resultados. 

Conste que cuando cuestiono las primarias  me refiero al hecho de presentar distintas listas a rivalizar entre sí, que luego terminan barriendo a las perdedoras. Quizás habría que repensar el volver a unas primarias en las que las bases eligen única lista de entre los más diversos candidatos/as de todas las corrientes y líneas que puedan existir en el partido. Siempre hemos sabido que las bases,  la mayoría, acierta más que un líder o que una dirección política, y más aún si éstos últimos imponen -desde arriba- a los cabeza de lista de unas provincias, listas o territorios, usurpando esa decisión a los/las inscritas.

El apoyo de Pablo Iglesias a una marca, pudo valer en su día con CQP (claro que podemos) porque todo era nuevo y había que hacer partido, pero quizás ya no tenía sentido hoy un “Contigo Podemos”, que elige y apoya a unos en detrimento de otros.

Es mi humilde opinión, que sé disgustará a algunos, pero no se puede decir que hay que hacer autocrítica sin cantar las verdades al barquero. Y si queréis tomar el reconocimiento de éstos errores como una corrección fraterna de quien quiere a Podemos, estáis en lo correcto. Cualquier otra interpretación será interesada.  

Ahora nos toca poner la mirada en 2023, pues hay margen para mejorar y, si analizamos los resultados, algo hay que cambiar. Tenemos que reconstruir partido, reilusionar a la gente joven, volver a estar con los movimientos sociales, replantearnos la estrategia territorial, crear organización en los pueblos más pequeños, y todo ello, sin tirar la toalla, con un ánimo renovado y con la convicción de que sólo recuperando los principios e ilusiones que teníamos hace 6 años, haremos realidad el SI SE PUEDE.

7 COMENTARIOS

  1. Hola, Luis Ángel. Soy Belén, de Almansa. Fuimos compañeros en IU. Otro problema es el exceso de confianza de algún supuesto líder, que como joven e inexperto que es aún, debe escuchar y colaborar, no imponer con subterfugios. Y buscar un trabajo que no sea cargo de confianza, para ser más libre. Todo eso debe aprender el nuevo representante en CCMM. Él, que es joven y empieza, es un ejemplo. Seguro hay más. Un saludo.

  2. Estimado Luis Ánge:
    En mi opinión también habría que citarse el cambio de discurso. El gran auge de Podemos se debío a la identifcación de un bunea parte de la sociedad con su discurso «los de abajo contra los de arriba». Esa famosa «casta» de la que formaba el PSOE parte y ahora ya no.
    Ese desvío argumentativo a políticas de género e identidad y el desgaste derivado de los problemas nacionalistas y la posición del partido ha ahuyentado a gran parte del electorado.
    Podemos nació de la rabía contra los viejos poderes, contra la crisis y el sistema partitocrático. Hoy día si le soy sincero no creo que haya nadie que piense que Podemos es un partido que viene a revolucionar nada del sistema político. Se ha quedado más bien en un partido que con buena fé nos viene a recuperar elementos de la socialdemocracia que se han ido perdiendo en los últimos anos. Qué tiempos aquellos en los que ser revoucionario era conquistar derechos y no recuperarlos!
    Un saludo,
    Francisco Salvatierra

  3. Pues sinceramente, los de Podemos bien pueden ir poniéndose las pilas a nivel estatal pues lo de Galicia y País Vasco es premonitorio. Escuchad las críticas constructivas de fuera del partido, no echad balones fuera ni la culpa a lo que hacen los demás.

    Con una oposición tan pobre, algo estará haciendo mal la izquierda para continuamente ir perdiendo representación en el Congreso. Hay varios mensajes que no calan en la sociedad y que por tanto o no van a votar o votan a lo malo conocido…Hay que centrarse!

  4. Sin duda el feminazismo recalcitrante, el ocuparse de gilipolleces que no preocupan ni al 1% de los españoles, en generar problemas que no existen, la violencia verbal continua, etc no han tenido nada que ver. Pues perfecto, con un poco de suerte, en las próximas elecciones municipales y generales, desaparece Podemos.

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