Hoy hace un año que te fuiste querida.
¡Cuánta dicha compartida en 14 años!
Fuiste un regalo divino tantas veces soñado,
pero viniste con fecha de caducidad.
Menos mal que no se nos gastó el amor
De tanto usarlo y que lo vivimos sin roñosería.
Fue tan grande tu amor y adoración por mí,
que imposible era poder estar a tu altura.
Hoy por fin reposas en un campo de amapolas
-Como siempre fue tu deseo-
Manchego y ribereño como gustabas.
Gracias por la vida compartida.
Gracias por estar resucitando cada día
Para ser la fuerza que acompañe mi lucha
Por la vida, la justicia y la revolución.
Que fácil me lo pusiste
Que fácil lo hiciste todo, amor.
Fácil, hasta conquistarte.
¡Qué fácil fue para mí quererte!
Tan fácil, vivir contigo y
Fácil me pusiste hasta la muerte.
Cierto que yo jugué con ventaja
Con un comodín en la manga,
Y aún así fuiste un primor
Que me lo puso más fácil que a nadie.
Desde esa seguridad para quedarte
-Cuando jamás soñaste venir a España-
Hasta tu convicción para ser esparcida
En un campo de amapolas manchego
Nada de exequias, ni traslados,
De nichos, ni mausoleos…
En los campos que tanto te impactaron
Allí quisiste perderte, y ahí te dejé.
Para ser nueva sementera en la tierra,
Y nuevas amapolas, tan rojas,
Como la revolución que me dejas por tarea.
Descansa en Paz y vive en tod@s
Porque a tod@s sonreíste.
¡Qué fácil era quererte!
¡Qué fácil no olvidarte!