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LA POCA VERGÜENZA DE UN FUNCIONARIO PÚBLICO


El pasado jueves 23 de marzo, en el programa cuerpo a tierra de Visión 6, se celebraba un debate en torno al tema de la legalización de inmigrantes, acto éste que formaba parte de los programados por el foro de la participación, bajo el lema Albacete Amable y que pretende sensibilizar un poco mas a nuestra sociedad de acogida para que todos y todas seamos ciudadanos integrados en la ciudad.

Un joven inmigrante contaba su experiencia, desde su llegada en patera a España, hasta su vida más o menos regulada con sus papeles, trabajo y vivienda totalmente en regla, pasando por su estancia en la Casa Grande –para nosotros Pansalba-. Cuando éste confesaba que había encontrado más cercanía en algunas ONG y personas a título individual que en las instituciones públicas, y cuando decía “…el ayuntamiento trabaja poco y los colectivos mejor porque son los que van a los asentamientos como Villa Elvira o Pansalba”, fue acusado –en directo- de demagogo, por D. Bartolomé García, sin ningún tipo de escrúpulos ni rubor alguno.

La cosa podría no ser tan grave si no fuera por que el joven inmigrante, nuestro amigo Mady, lleva más de dos años en Albacete, trabajando como voluntario y de manera desinteresada por la integración de sus congéneres y, sobre todo, si no fuera por que el increpante es a la sazón el Director de la casa de la solidaridad que, para colmo, participaba en un programa de sensibilización social. Y aunque el delito no es tan grande, creemos que ya está bien que alguien le pare los pies a este señor que ni está preparado para ese puesto (mucha gente sabe cómo accedió a él y lo polémico de su proceso selectivo), ni tiene la sensibilidad que se requiere para tratar a estos ciudadanos a los que en tantos sitios se les niega el pan y la sal.

Si nos hemos atrevido a hacer pública esta queja es tanto para el interesado –que como mínimo debería disculparse- como para quienes le auparon a semejante puesto, que deberían saber que cada día son más los y las inmigrantes que se quejan del trato recibido en la que dicen parece “su” casa, así como los grupos y asociaciones que se preguntan cual es el papel de este honorable señor.

Increpar, amenazar, recriminar, chantajear y hasta reírse de quienes deberían recibir en la Casa de la Solidaridad una atención, escucha, dedicación y cariño… es algo que desgraciadamente sabemos que hace este señor y que muchos hemos visto y oído. Pero atreverse en público y delante de las cámaras de TV es algo que nos faltaba por ver y creemos que ya está bien de la poca vergüenza de este funcionario público y que hay que recriminar e intentar erradicar estas actitudes.

Está claro que los y las inmigrantes no van a denunciar estas actitudes, como no denuncian a aquellos que todavía hoy les explotan, pero alguien debería tomar cartas en el asunto porque éste no es un hecho aislado y desde luego no contribuye en nada a hacer una ciudad más amable.

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