Con el debido respeto,
más contrariado que contento,
lejos de querer pontificar
y mucho menos de inmiscuirme
en los asuntos internos de otros partidos políticos,
si quiero poner sobre el debate unas breves ideas.
Y de inicio, que la crisis del PSOE,
como pieza fundamental del
régimen político del 78 que fue,
es también -de alguna manera-
un reflejo de la crisis del régimen
y de la izquierda.
El aquelarre y las tramas que estamos viendo en torno a la figura de Pedro Sánchez no creo que nadie lo pueda ver como algo casual o circunstancial, pues sabemos que no es sino una fractura más, aparecida tras el 15-M que fue el origen del verdadero cambio y de un calado profundo.
Y es que los últimos sucesos acaecidos en el PSOE demuestran que éste país estaba paralizado por un partido que no se decidía a pactar con Rajoy o con las fuerzas del cambio y que, ante sus fuertes presiones (barones, IBEX, oligarquías,…) prefirió echar sistemáticamente la culpa a Podemos con excusas cada vez más peregrinas.
El último acto de este sainete, -la suicida artimaña de autodesmoronamiento del PSOE-, es el desenlace de la putrefacción de un régimen que lo que más quiere evitar es que Podemos gobierne junto a las nuevas confluencias en lo que ya son las verdaderas fuerzas del cambio, porque son ellos los que acabarían por levantar las alfombras, erradicar la impunidad y gobernar para la gente,
cosa que no hacía el bipartidismo de este país.
Tanto la propuesta del gobierno catalán de celebrar un referéndum unilateral de Autodeterminación, -propuesta de Carles Puigdemont en las misma tarde de las 17 dimisiones-, como ésta ya manifiesta crisis del PSOE, son la expresión de la crisis de un régimen del 78 en la que nos encontramos inmersos.
Y el verdadero peligro –para ése régimen que se bunqueriza, no para el pueblo- es que la alternativa que está llegando inexorablemente es la de quienes queremos limpiar y humanizar la política poniendo en el centro a la gente en lugar de favorecer a la élites que hacen una defensa común.
Pero se acabó el teatro. Aunque lo triste de todo este drama, tan innecesariamente alargado, es que hoy estamos un poco más cerca de que continúe un gobierno del PP en contra de la gente. Las fechas propuestas por Pedro Sánchez y la crisis desatada en el PSOE no hacen pensar que llegue la alternativa por la que muchos estamos y que cada vez se aleja unos pasos más, como la Utopía de Galeano.
Mi amigo José Luis G. lo resumía a modo de argumentario ciertamente clarificador, por lo que abusaré de su confianza (luego repartimos los derechos, je, je) y no añadiré mucho más a lo que él llamaba “Algunos TIPS sobre lo sucedido en el P(so)E que reproduzco:
1- La modalidad nueva y tremendamente antidemocrática: Un «golpe de partido». Lo estamos viviendo en directo. Si hacemos el paralelismo entre país y partido, da mucho juego…
2- La clarividencia social que genera que el golpe ha obligado a poner todas las cartas sobre la mesa de todos los actores del PSOE.
3- El trasfondo de la ruptura, es el trasfondo de la crisis de hegemonía bipartidista y del PSOE. La tensión entre los últimos/as socialistas dirigentes y los cuadros que responden al poder fáctico económico y las élites. Capaces de dar este golpe de partido al no estar seguras de tener la confianza de la mayoría de la militancia.
4- Esta tensión es agudizada por la revolución del tablero político desde el 15M, que obliga al PSOE internamente a posicionarse justo en ese conflicto. En el momento en que Sánchez anunció el lunes el fin de líneas rojas a pactar con Podemos y el intento de toma del partido democrática para alcanzarlo, se prepara y se da el golpe de partido.
5- Probablemente, del resultado de este golpe (cuyo desenlace puede durar horas, días, meses…), se dirima el futuro político de España. No sólo el próximo gobierno o unas 3as elecciones, sino el futuro a medio plazo del PSOE y la composición del tablero político español, el fin del régimen corrompido del 78, la posibilidad más cercana o más tardía (pero seguramente inexorable) de un cambio real…”
Terminamos nosotros
con lo que siempre hemos dicho desde PODEMOS desde el 20D.
Estos últimos hechos tan cambiantes y antidemocráticos no nos alegran, ni nos llevan a hacer muchas porras de cara a la próxima investidura pero lo que está claro es que la contradicción que despedaza al PSOE, y muy probablemente una de las causas de sus bandos y divisiones es la de pactar o no con Podemos y apostar por un gobierno alternativo que evite el desgobierno del partido más corrupto e impune que ha gobernado en España.
Dice Pablo Iglesias que mientras el PSOE resuelva esta contradicción a tiempo, hay plazo para conseguirlo. Además sigue siendo el pacto preferido por los votantes de ambos que debería ser lo que importara. Y desde Podemos –y pese a todo- seguimos con la mano tendida. Porque librarnos de Rajoy, de sus nefastas políticas, de sus corruptelas y, sobre todo, de las terceras elecciones es lo más importante ahora.