viernes, marzo 29, 2024
InicioJulio Anguita llegó hasta el final, sin bajarse de sus principios.

Julio Anguita llegó hasta el final, sin bajarse de sus principios.

Ética, Justicia, Libertad,… y República. El sueño de Julio Anguita.

A Julio Anguita, el hombre más universal del siglo XIX cubano, José Martí, le diría eso:

Quienes no piensan como nosotros se creen que están en ventaja porque somos uno menos y no saben que nosotros hablamos por todos, por los que estamos y por los que nos precedieron

Éstas bellas y utópicas palabras del gran libertador cubano fueron las primeras que hoy me vinieron a la mente, quizás porque acababa de terminar la crónica de mi viaje a Cuba, que ya dejaré para mañana. Junto al enorme dolor que sentí al despertar, fue mi pensamiento cuando supe que se nos había ido el Califa, el Maestro, el Profeta, el referente de la ética, la izquierda y el comunismo de nuestro país. El buen hombre -hombre bueno- y coherente que era Julio Anguita.

Porque, estaremos desconsolados, sin duda, pero más fuertes que antes, si finalmente nos atrevemos a honrar su memoria, tratando de seguir el ejemplo de su honestidad y su lucha. Esa será su resurrección, porque como decía Martí,para nosotros la muerte sólo representa la confirmación de nuestro mensaje: hemos llegado hasta el final, sin bajarnos de nuestros principios de actuación y de forma impecable”.

Me pide UTOPÍA, que haga una semblanza de Julio Anguita -en menos de 5000 caracteres- para publicar mañana en la revista y como cuando quiera salir, ya se habrán dicho y publicado decenas de glosas me limitaré a señalar sólo 5 facetas de su vida porque como también decía Martí, “cuando todo está ya dicho, las cosas que se dicen con sinceridad, son nuevas

* Como profesor, magistral.

Siempre enseñando y lo más importante, volviendo a su instituto, como Gerardo Iglesias a su mina, como pocos políticos han hecho nunca. Ni puertas giratorias, ni a empresas que te apañen la jubilación. Como profesor de historia -Julio Anguita- tras dejar sus cargos en el partido en el año 2000, volvió a la enseñanza en el Instituto Blas Infante de Córdoba, tras más de veinte años en excedencia.

* Como político, ejemplar.

Julio Anguita fue uno de los grandes líderes de la izquierda y para mí, el mejor político -y con diferencia- que ha tenido España desde el siglo pasado. Como comunista fue siempre consecuente y en las elecciones de 1989 elevó al Partido Comunista de España, de 7 a los 17 escaños. Ya como Secretario federal de Izquierda Unida, la que llevó a obtener los mejores resultados de su historia: 21 escaños y más de 2 millones y medio de votos en las generales de 1996 con su “programa, programa, programa”. Finalmente y aunque no se engañaba sobre lo que suponía entrar en el gobierno, apoyó sin fisuras la coalición de Unidas Podemos y la unión de sus adláteres Alberto Garzón y Pablo Iglesias.

* Como comunista, existencial.

De una coherencia ejemplar y consecuente hasta el final. Julio Anguita no entendía una buena vida si la mayoría de la gente y, sobre todo la clase trabajadora, seguía explotada. Tenía esperanza y soñaba, por eso nunca dio un paso atrás, ni dejó de luchar, ni se rindió. Hasta hoy. La clase obrera siempre fue su bandera y escribía “sigue siendo, fundamentalmente, pero teniendo en cuenta cómo han ido cambiando las circunstancias, ya que hoy son todos los dominados, precarios, parados, autónomos, profesionales que no tienen profesión, los inmigrantes… Todo el mundo de los dominados. Y dominados no sólo política y económicamente, sino también ideológicamente, que es lo peor. Esa liberación que tiene que hacerse con valores y con un discurso construido desde la realidad”.

* Como republicano, irredento

Julio Anguita siempre dijo que “La república tiene que ser el consenso de una gran fuerza cívica que sepa qué república quiere”. Y no una república bananera, y por eso siempre recalcaba que si la Republica solamente iba a suponer un cambio de bandera, de escudo, de himno nacional y de Jefe de Estado, pero los demás poderes, leyes y sistema socio-económico, productivo, social y cultural o las relaciones con países como EE.UU, Israel, Cuba, entre otros, iban a seguir como ahora, o si nuestra pertenencia a la OTAN y a la UE tampoco iba a cambiar, “no me interesa esa República”.

Hoy no tocará, porque ahora es salir de la pandemia y superar la crisis subsiguiente, como tampoco tocaba en la crisis anterior de 2008 y así lo dejaba claro “para salir de la crisis económica primero”. No es tampoco la prioridad ahora, pero ahí está como la Utopía de Galeano, para dar dos pasos, aunque se aleje otros dos.

* Y como profeta, voz que clama en el desierto.

Julio Anguita fue el primero en vaticinar el desastre de la Europa fortaleza y de los mercaderes, denunciando el tratado de Maastricht. Siempre fue muy beligerante con esa construcción de la Unión Europea y siempre apostando por otra Europa que era posible si los pueblos mantuvieran su soberanía. También denunció hasta el final que en España vivimos un sistema esencialmente corrupto y fracasado.

Y profética también, la última conferencia que le escuchamos en Albacete, cuando advertía a la juventud diciéndoles que no tenían futuro, con éste duro aserto: “Nuestros hijos y nietos serán la primera generación que  vivirán peor que sus padres» y que como no estamos acostumbrados a la lucha, pues estamos perdidos, a no ser que cambiéis vosotros mismos, no que lo cambien los demás.

«Con la dignidad no se come,

pero un pueblo sin dignidad se pone de rodillas y termina sin comer«.

Julio Anguita. DEP y que la tierra te sea leve.

1 COMENTARIO

  1. Anguita fué un hombre bueno, que se regía por criterios éticos, por la defensa de los derechos humanos.
    A propósito de los que en política se rigen por la ética, dice Maquiavelo:
    “…porque hay tanta diferencia entre cómo se vive y cómo se debería vivir, que aquel que deja lo que se hace por lo que debería hacerse marcha a su ruina en vez de beneficiarse, pues un hombre que en todas partes quiera hacer profesión de bueno es inevitable que se pierda entre tantos que no lo son. Por lo cual es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad….
    Hallaremos que, a veces, lo que parece virtud es causa de ruina, y lo que parece vicio sólo acaba por traer el bienestar y la seguridad.»
    (Maquiavelo. El príncipe capítulo XV).
    Está muy claro: «aquel que deja lo que se hace por lo que debería hacerse marcha a su ruina en vez de beneficiarse»…
    Me pregunto ¿no le pasó esto a Anguita? Quedó como un modelo ético, pero no consiguió nada en política. Fué absolutamente derrotado por Felipe González que siguió sin escrúpulos el consejo de Maquiavelo «Por lo cual es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad….
    Anguita pensaba que lo de que los diputados tengan la pensión máxima, es un privlegio abusivo e intentó cambiar la ley. Me parece que lo más ético y ejemplar que hizo fue renunciar a ese peivilegio. Este gesto es admirable, pero políticamente nulo. El privilegio siguió y sigue.
    A eso se refiere Maquiavelo.
    De todas formas prefiero para mí y para la izquierda la derrota política de Anguita que la victoria rotunda de Felipe González.
    De todos modos Anguita triunfó políticamente como alcalde de Cordoba, seguramente porque en los ayuntamientos no huele tanto a podrido como en el Congreso.

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