SUICIDIO EN ALBACETE
LUIS ÁNGEL AGUILAR MONTERO
Hace 15 días, Marinela, una joven rumana de 23 años de edad, se ahorcó en uno de los asentamientos que todavía hoy permanecen a menos de dos kilómetros de la ciudad y en el que aún están sus padres. Estaba tan desesperada como el rumano que se prendió fuego frente a la Subdelegación del Gobierno de Castellón el pasado 4 de septiembre y que desgraciadamente falleció el día 19.
Aquí no estuvieron las cámaras, ni salió la noticia -que sepamos- en ningún medio de comunicación. El juez levantó el cadáver y hasta el Ayuntamiento se encargó del entierro, pero nadie nos enteramos. Ni las Cáritas, ni los Acoge, ni las ONG subvencionadas, ni el rimbombante Foro de la Participación dijeron nada; algunas incluso, pese a tener programas de intervención en asentamientos, ni se habían enterado. Tan sólo gente del Colectivo de Apoyo al Inmigrante, me consta estuvo, en el asentamiento, con la familia, en el tanatorio del Perpetuo Socorro y sé que han escrito algo. El resto nada. Total ¿para qué?; a fin de cuentas, así dormimos, todos y todas, un poco más tranquilos. Y nuestro alcalde puede seguir alardeando de que en Albacete no hay problemas de inmigración, ni asentamientos irregulares porque somos una ciudad solidaria.
Carta aparecida en La tribuna de Albacete