Se consumó: EEUU, al aprobar su TLC, hundirá un poco más a Colombia, y la UE también sacará tajada.

No hay que ser muy listo ni experto en nada para saber que si un país “A” comienza a subvencionar sus exportaciones hacia otro país “C”, si aprueba rápidamente las desgravación de sus aranceles, y si elimina las limitaciones o condicionantes a que los capitalistas de A puedan exportar mas fácilmente a C, o incluso le exime de pagar sus impuestos por ello, un país estará en clara ventaja para colonizar, y el otro, en clara desventaja, será colonizado. Pues esto es ni más ni menos que lo que va a pasar con EEUU (en el ejemplo el país A), y con Colombia (en este caso el país C). Claro que ni A es solo USA, ya que nuestra UE no se queda a la zaga, ni C es solo Colombia, puesto que el desastre ya amenaza a países como Perú, Chile o Corea del Sur. En este sentido me parece insostenible que la UE continúe ignorando las sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos en Colombia.

Y no crean que estos abusos los esconden o los hacen a hurtadillas. Escuchen lo que escribe Obama a su gente jactándose de lo conseguido: “El Tratado creará nuevas oportunidades enormes para los trabajadores, granjeros, hacendados, comerciantes y consumidores estadounidenses mediante la apertura del mercado colombiano y mediante la supresión de todas las barreras a los productos, servicios e inversiones de las empresas de los Estados Unidos” … “Según el Tratado, se eliminarán los aranceles de más del 80 por ciento de las exportaciones de productos industriales y de consumo de los Estados Unidos serán eliminados inmediatamente. Muy especialmente las exportaciones agrícolas se beneficiarán substancialmente con nuevas mejoras en el acceso al mercado Colombiano. Actualmente ningún producto de exportación agrícola de los Estados Unidos goza de exenciones de pago de impuestos. Tan pronto entre en vigor el Tratado, medido en dólares, casi el 70 por ciento de las exportaciones agrícolas de los Estados Unidos podrán entrar inmediatamente a Colombia libres de impuestos”. (SN).

Lo que está muy claro es que con este Tratado de Libre Comercio (TLC), eliminadas las pocas trabas que protegían la producción de Colombia, los perdedores van a ser desde los agricultores hasta los pequeños y medianos empresarios, ya sean del ramo agrícola, lácteo, cerealero, ganadero, apicultor o bananero. Además seguirá aumentando sensiblemente la pobreza, el paro y la concentración de la tierra. Y finalmente quedará muy claro quienes son, como exigen las tesis más férreas del capitalismo clásico, asumidas ya por el neoliberalismo capitalista, los ganadores y los perdedores. Entre los perdedores, además de los citados, todo el mundo de la producción en Colombia, los cuales deberían no solo preocuparse mucho mas, sino sublevarse, pues los claros ganadores que no son otros que los exportadores capitalistas americanos ya se están frotando las manos.

¿Cómo es que el pueblo colombiano apenas rechista contra un Tratado que les va a hundir en la miseria? ¿Cómo no hay mas organizaciones sociales, políticas, sindicales, y ciudadanas que no han llamado a la sublevación, ya? ¿Porqué no se escucha a los profetas de hoy día que están siendo masacrados y silenciados para que se lleve a cabo todo este saqueo? Mi reconocimiento expreso aquí a quienes sí llevan tiempo denunciando este TLC como el PDA, la RECALCA, OIDHACO, CNCD, ALOP, o las casi 500 organizaciones de las redes europeas y latinoamericanas, Colombianas y Estadounidenses, que llevan pidiendo el voto en contra de la aprobación al Tratado de Libre Comercio, entre Colombia y Estados Unidos.
En una de las carta que puede verse aquí, se decían cosas como que este Tratado “no reconoce las graves preocupaciones sobre derechos humanos, temas laborales, étnicos de afrocolombianos y indígenas, ni ambientales que existen en Colombia.

Esta situación se ve agravada por la continuación de un conflicto armado interno de cinco décadas de duración que ha forzado a 5 millones de colombianos a abandonar más de 6.6 millones de hectáreas de tierra desde 1980, un territorio más grande que el estado de West Virginia. Estas condiciones precarias, junto con políticas comerciales inequitativas, generan un ambiente injusto para el comercio para los colombianos y los estadounidenses”. Y en otra de las denuncias de las diversas redes se señalan que “las empresas europeas que realizan inversiones en Colombia, en territorios que han sido arrebatados a campesinos, indígenas y poblaciones afrodescendendientes a través de graves violaciones a los DD.HH., podrán convertirse en cómplices de estas atrocidades”.