¿Por qué hay que decir No a “esta” Constitución Europea?, es el título que hace mas de 4 años, publicaba un servidor en Rebelión, cuando era el portavoz de la Plataforma de Albacete por el No a esta Constitución Europea. Recupero aquí en plena campaña electoral, porque me parece bien significativo, no contradice la campaña que hago como candidato a las europeas, y puede servir para comprobar como lo allí denunciado, lo han seguido ampliando y crrigiendo a la baja, tanto los populares como lo socialistas europeos. Quien tena paciencia, seguro que lo disfrutará.
«Desde hace unas semanas, muchas han sido las personas que me han interrogado por esa chapa que orgullosamente llevo colgada en el pecho. La chapa en cuestión lleva una sonriente muchacha que rodeada por la leyenda “Constitución Europea”, grita “esta NO”. –Pero ¿Cómo? ¿no había que decir si para ser los primeros en Europa?… –Pero ¡si hasta los profes nos han dicho que todos teníamos que aprobarla!…-Pero ¡si eso solo lo dicen nacionalistas y radicales!…¡Que bueno que se pregunten porqué! y ¡Que triste, tanta falsedad, tanta manipulación y tanto desconocimiento!
Me gusta esta chapa, que llevo desde el 6 de diciembre pasado, porque con el demostrativo expresamos claramente que no somos antieuropeístas (yo mismo represento a las comunidades cristianas populares españolas en el colectivo europeo de comunidades eclesiales de base), y que no estamos contra una verdadera constitución que fuera democrática y justa, sino sólo en contra de este Tratado (que no constitución), que si por algo se caracteriza es por potenciar una “Europa fortaleza” que cierra sus fronteras ante la inmigración y una “Europa de los mercaderes” que da carta blanca al capital y plenos poderes al Banco Central Europeo, y una “Europa Militarizada” que se compromete a aumentar sus gastos en armamento y a depender de la OTAN.
Sin pretender dar aquí lecciones a nadie, sí me gustaría argumentar –ya que estas explicaciones ocupan poco espacio en los medios-, lo que para mí son las razones más graves –tanto formales como de contenidos- que justificarían nuestro voto negativo el próximo 20 F.
Por cuestiones de forma podemos señalar 5 razones:
Que nos la pretendan hacer aprobar “los primeros” (lema que por cierto la JEC ha obligado a retirar al gobierno por tendencioso), cuando casi nadie la conoce, y se puede ratificar hasta el 2007. Para colmo el referéndum no es vinculante y sólo lo convocarán 9 de los 25 estados miembros.
Que no haya sido aprobada por unas cortes constituyentes sino por un grupo de tecnócratas, que solo ha escuchado a los lobbies (grupos de presión), que estaba presidido por el francés Giscard d´Estain, quien debería estar en la cárcel por asuntos varios como el de los diamantes de Bokassa.
No solo no ha habido consulta, información ni debate entre los mas de 455 millones de ciudadanos europeos, sino que además, 10 estados de los 25, no han podido participar al incorporarse después.
Se nos vende descaradamente una sola opción y, so pretexto de informar, solo se difunden las bellas declaraciones de intenciones ocultando las verdaderas limitaciones que contenidas en su parte III, curiosamente la más amplia.
Con la excusa de que es un texto de mínimos para empezar, se nos pretende colar un tratado blindado, ya que cualquier reforma posterior será casi imposible al necesitar el acuerdo de los 25 estados miembros.
Ya hablando de los contenidos, podemos entresacar otras 5 razones, para nosotros claves:
1. Proclama la paz, pero apuesta por una militarización a ultranza; para comprobarlo basta leer la creación de la agencia europea de armamento, el compromiso de los estados por incrementar sus capacidades militares, el cooperar estrechamente con la OTAN, las alusiones a la guerra preventiva o al envío de tropas a cualquier lugar del mundo sin que lo decida siquiera el Parlamento. (Europa Militarista)
2. Predica la diversidad y la Igualdad pero en realidad niega la ciudadanía a 20 millones de trabajadores inmigrantes, acrecienta el cierre de las fronteras y endurece el control de los flujos migratorios (Europa Fortaleza).
3. Habla, aunque poco, del fondo social europeo, pero las políticas sociales que plantea son raquíticas y generalistas. Es regresivo para los trabajadores pero facilita los cierres patronales y las deslocalizaciones de empresas. Y somete los servicios sociales a las reglas de la competencia convirtiéndolos en “servicios económicos de interés general” que serán privatizados. (Europa de los mercaderes)
4. Enuncia una innecesaria carta de Derechos (estando la declaración universal de los DDHH) que ni respalda ni garantiza, y que a veces hasta niega. Así sustituye el derecho al trabajo digno, por el derecho a trabajar y a buscar trabajo??? o circunscribe el derecho de huelga a las negociaciones colectivas.
5. Consagra con esa “economía de mercado altamente competitiva” , los pilares de un neoliberalismo atroz que sólo beneficia a los sectores financieros y a las multinacionales, a los que se subordinarán todo tipo de políticas. El Banco central Europeo tendrá una independencia absoluta, escapando a cualquier control político ni democrático. (Europa de los mercaderes).
Sinceramente creo que mucha gente va a tener problemas de coherencia si finalmente acepta de manera acrítica la consigna de sus partidos. Porque un servidor puede entender el Si del PP, de los empresarios, de los lobbies o de las multinacionales ya que o han colaborado en su elaboración o han influido en su redacción o les beneficia claramente. Pero lo que no podré entender será un hipotético Sí de los socialistas de verdad -que algunos hay-, de los cristianos -que se suponen deben apoyar la defensa de los pobres- o de los pacifistas y antimilitaristas que asociados o no, se manifestaron públicamente contra las atrocidades de la guerra de Irak.
A vosotros/as sufridos lectores os pido disculpas por la extensión de esta misiva, pero permitidme terminar recordando que decir NO a este tratado, pedir la retirada de este texto, es algo perfectamente lícito, que no impide el progreso del euro ni de Europa y que por supuesto no implica ser antieuropeísta sino apostar por otra constitución más democrática, más justa, más social, más pacifista, más ecológica y más solidaria. De ese modo se haría realidad eso de que “Otra Europa es posible”