Las Comunidades Cristianas Populares (CCP)
nos sumamos a las múltiples condenas
de los atentados sufridos en Francia
y nos unimos en solidaridad con las víctimas inocentes.
Lo hacemos con la misma intensidad y desde los mismos principios,
con los que hemos condenado los bombardeos en Irak,
las matanzas y genocidios en América latina,
las guerras por el petróleo,
las matanzas en el Congo,
las torturas en Guantánamo y un largo etc..,
todas ellas alimentadas y estimuladas por países desarrollados y democráticos.
Sin duda alguna Occidente está imponiendo al mundo una extrema violencia.
La violencia solo trae violencia, y más cuando está basada en injustos o engañosos fundamentos.
¿Dónde están las armas de destrucción masiva, la democracia o los derechos humanos que se iban a implantar en tantos países árabes?
Todos esos países hoy están mucho peor que cuando se intervinieron, además de los millones de muertos y sufrimientos ocasionados.
¿Quién alimentó al ejército islámico para que invadiera Irán?
¿Quién le dio alas a Sadán Hussein hasta que decidió anexar Kuwait? ¿Quién creó Al Qaeda y a Osama Bin Laden?…
La violencia solo trae violencia.
Solamente con La Paz y la no violencia
seremos capaces de conseguir La Paz y la armonía mundial.
¿Qué se pretende con esta encendida mecha
de racismo y xenofobia
que se está provocando desde los grandes medios?
¿Crear un enemigo terrible ante los ojos del mundo,
al que se pueda después terminar de invadir?
Por las guerras santas o
la Inquisición
no se tiene derecho a estigmatizar a los cristianos,
ya que ello no es su esencia,
sino los errores de unos dirigentes fundamentalistas.
De la misma forma pasa con el mundo musulmán.