Esta misma semana nos hemos enterado que “La Base Aérea de Los Llanos podrá ser utilizada como centro de operaciones de la OTAN y por todos los socios de la Unión Europea en apoyo a las operaciones relacionadas con el conflicto de Mali y demás misiones en los países del Norte de África”. Se trata de una «modificación» de los acuerdos de sobrevuelo que elimina la necesidad de comunicarlos con una antelación de cinco días para aviones con carga de combate, y junto a Albacete habilita también el uso de las bases de Rota y Morón. Así de contento lo anunció el ministro de la Guerra, el empresario Morenés, en el Pleno del Congreso, donde fue a pedir la autorización de la Cámara para que España participe en la misión de Malí.
¡Qué fácil se ponen de acuerdo para estos temas, y para acordar “razones de urgencia”, como ya hicieran con las misiones de Haití y Libia. Gracias a esta gracia, España ha autorizado a sus socios de la UE y de la OTAN a sobrevolar el país y a usar la base aérea albacetense. Hay que reconocer que esta decisión solo ha obtenido el rechazo de los 18 diputados de la Izquierda Plural, ERC y BNG. O sea que han votado a favor además del PP, el PSOE, CiU, PNV y UPyD, es decir 302 de los 322 diputados presentes. Con lo cual ya tenemos aprobada una nueva misión de las Fuerzas Armadas, que contempla el envío de “un avión de transporte militar ‘Hércules’ C-130 y hasta 54 militares del Ejército del Aire, para el transporte de tropas hasta Malí, y la participación en la misión de entrenamiento de la Unión Europea con hasta 50 efectivos”. Según el ministro de la Guerra y máximo interesado en estos negocios, esta segunda misión solo nos costará unos 4 millones de euros. O sea que al ruido infame que hemos sufrido esta semana con la Escuela de Pilotos de la OTAN, tendremos que añadir el de los cazas europeos que pasarán por encima de nuestras casas como Pedro por su casa y aquí todos tan contentos. Y lo que es más grave, nadie se rasga las vestiduras, como casi nadie alza su voz contra esa escuelita de la guerra, eufemísticamente TLP, que sigue su marcha “pacífica” en nuestra ciudad, preparando a los pilotos de élite para matar. Menos mal que aún hay gente sensible en esta ciudad que con una labor callada pero persistente, nos invitan mes a mes a gritar “Parad las guerras”. Son la gente de buena voluntad que convocados por “Albacete por la Paz” y con el apoyo de la Plataforma contra la militarización de Albacete, se reúnen todos los primeros domingos de mes a las 20 horas en la Plaza del Altozano. Nuevamente nos invitan a sumarnos, llevemos o no nuestra vela desde casa. Allí -como es costumbre ininterrumpida desde hace más de cinco años- se hará un minuto de silencio, se leerá un escrito y cada quien podrá expresarse libremente.
Para saber más, adjuntamos a continuación DOS textos que sin duda hacemos nuestros y que leeremos en la concentración: 1º) Uno que han elaborado conjuntamente desde Ecologistas en Acción y Utopía Contagiosa y que lleva por título “La intervención militar no es la solución a la crisis en Malí” un texto que no podemos dejar de suscribir ya que como en él se dice “Mantener la influencia francesa frente a la islamista o la China, para el control de los recursos malienses es la razón real de la intervención francesa”. Nos vemos en la Bicha. 2º) Y otro firmado por la APDHA y las organizaciones que componen la R.A.N.A. donde se pide al Gobierno español que no apoye la ocupación francesa y facilite la protección y la seguridad alimentaria de la población civil, así como el cese inmediato de las deportaciones de inmigrantes subsaharianos a Malí y otros países en conflicto en la zona. La intervención militar no es la solución a la crisis en Malí Comunicado de Utopía Contagiosa/Ecologistas en Acción sobre la intervención en Malí
Ecologistas en Acción y Utopía Contagiosa recalcan, una vez más, que la solución a la crisis que está viviendo África (Malí en este caso) no viene de la mano de una escalada militar y, mucho menos, del intervencionismo de la antigua potencia ocupante: Francia. La solución pasa por el cambio de las políticas internacionales hacia un nuevo orden jurídico internacional justo y solidario y la desmilitarización de las prioridades e instrumentos de la acción política. Además, denuncian que los objetivos de Francia no son humanitarios, sino de acceso a recursos (sobre todo el uranio) y de sostenimiento de su influencia en la región.
Con el apoyo de la OTAN y Estados como Canadá, Bélgica, Dinamarca, Alemania y España, Francia se ha lanzado a una supuesta misión de pacificación en Malí que, en realidad, busca mantener al actual Gobierno de Bamako en el poder y preservar los intereses occidentales, particularmente de Francia, en la región. Malí es el tercer productor de oro de África, con prospecciones a gran escala. Recientemente se han encontrado grandes reservas de uranio (no hay que olvidar la fuerte dependencia de la energía nuclear por parte de Francia) y también petróleo, además de otros recursos naturales como piedras preciosas. La extensión del islamismo supone un desafío al acceso occidental a estos recursos y una potencial fuente de desestabilización de la zona. Además, China ha aumentando notablemente su influencia en toda África en los últimos años. Mantener la influencia francesa frente a la islamista y la China para el control de los recursos malienses es, a juicio de las organizaciones eco pacifistas, la razón real de la intervención francesa. Malí es uno de los países más pobres del mundo, con una renta per cápita de unos 1.500 dólares por año. Alrededor de la mitad de su población vive con menos de 1,5 dólares por día. Sin embargo, lo que está haciendo Francia no tiene nada que ver con revertir esta situación, más bien al contrario.
Malí se ha convertido en uno de los Estados más empobrecidos del planeta como consecuencia de su expolio histórico. Antes de la conquista por Francia, suministró a las potencias europeas oro y esclavos/as, entre otros recursos. Pero es tras su colonización cuando su explotación creció a manos de la metrópoli. Tras la descolonización, Malí pasó a ocupar un lugar periférico en la economía global. Esto se ejemplificó, por ejemplo, en que en 1988 la deuda externa de Malí representaba el 125% de su PIB y el 25% de su presupuesto estaba destinado a pagar la deuda externa. Su incapacidad para devolver la deuda hizo intervenir al FMI, que impuso un duro programa neoliberal (privatización de la banca, disminución de la administración del Estado, obligación a la venta de empresas estatales…). Estas políticas no mejoraron la situación de la población y la inestabilidad económica conllevó una inestabilidad política con continuos golpes militares. A partir del año 1992, los tuaregs fueron objeto de una fuerte persecución política, que provocó el éxodo de más de 120.000 tuaregs dispersándose por Argelia, Mauritania, Burkina Fasso y Níger. Esos mismos tuaregs son quienes ahora están en guerra contra el Gobierno de Bamako y a los que Francia quiere derrotar. La situación de expolio, aunque la deuda externa de Malí ha bajado considerablemente, no ha concluido. Por ejemplo, actualmente se están produciendo ventas de tierras por parte del Gobierno a países y multinacionales en las orillas tanto del río Senegal como del Níger. Ventas que están redundando en un empobrecimiento de la población al privarles de sus medios de subsistencia. Malí no tiene un gobierno respetuoso de los derechos humanos ni con un programa político enfocado al bienestar de su pueblo, sino un gobierno militar, fruto de un golpe de estado, que derrocó hace poco menos de un año al presidente electo de aquel país cuando quiso resolver de forma negociada los impulsos autonomistas de los tuareg del norte del Estado.
De este modo, para Utopía Contagiosa y E/A las políticas que tendría impulsar Francia en Malí deberían partir de una asunción de su responsabilidad en el empobrecimiento del país y suponer una ayuda para que la población tenga unas condiciones dignas de existencia sin agotar sus recursos. Al igual que en Europa, la salida de la crisis en Malí pasa por apostar por medidas que busquen la justicia social en equilibrio con el planeta y no en redundar en la masacre de la población. Es por eso que las organizaciones ecopacifistas hacen un llamamiento a los colectivos sociales y políticos españoles, y a la población en general, para que exija, por medio de la movilización y la lucha social, al Gobierno español el cambio de política hacia el conflicto maliense. Este cambio debe ir en el sentido de presionar a la comunidad internacional hacia la desmilitarización del conflicto y el apoyo a políticas de responsabilidad social, de reparación del expolio colonial, de inversión en el bienestar de la población y de sostenibilidad.
La intervención armada de Francia en Malí provocará el recrudecimiento del yihadismo en África. INCUMPLIMIENTO DE LA RESOLUCIÓN 2085 DE NACIONES UNIDAS POR LA INTERVENCIÓN ARMADA DE FRANCIA EN MALÍ La Red Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía observan con mucha preocupación el belicismo del Gobierno socialista de François Hollande. Ambas organizaciones lamentan que la socialdemocracia europea persista en exacerbar el horror del yihadismo en África. En este caso, al margen de un mandato de Naciones Unidas. La resolución 2085, del 20 de diciembre de 2012, indica que la intervención militar tendría dos fases. La primera, en el primer trimestre de 2013, debía servir para adiestrar al Ejército de Malí. En la segunda fase se desplegaría una misión internacional contra los grupos yihadistas, la Misión Internacional de Apoyo a Malí con Liderazgo Africano (AFISMA), previa aprobación de la ONU. Nada de esto se ha cumplido. A diferencia de lo resuelto por Naciones Unidas, muy condicionado por la negociación de Francia y Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, Hollande ha emprendido la segunda guerra francesa en África en menos de dos años. La ofensiva de París ha llegado a los combates cuerpo a cuerpo, alejada del dictamen de Naciones Unidas que debían liderar los países africanos (CEDEAO).
La primera guerra fue contra Libia, liderada por el conservador Sarkozy. Acabó con Gadafi, viejo aliado de la Unión Europea, y dejó ese país en manos de un gobierno de transición y unas milicias que imponen violentamente la sharia por encima de un marco constitucional democrático. Paradójicamente estos combatientes libios, que recibieron la cobertura militar de Francia, Gran Bretaña o España en la guerra contra Gadafi, defienden tesis cercanas al yihadismo que Hollande enarbola como excusa para el envío de tropas a Malí. Además, ha supuesto la extensión del conflicto a Argelia, con la reciente masacre en una planta de gas, o represalias en Somalia del grupo integrista Al Shabab. Como señala la periodista Olga Rodríguez, no hay que olvidar que algunos combatientes de hoy en Malí tienen sus orígenes en la guerrilla de muyaidines afganos que Estados Unidos apoyó en la guerra contra la extinta URSS. La periodista también denuncia la instrumentalización de nuevo de la violencia contra las mujeres en este conflicto. La APDH-A y las organizaciones de la R.A.N.A. piden que España no sea cómplice al usar la guerra contra el terrorismo como coartada para invadir los países musulmanes y controlar sus recursos (oro, petróleo, piedras preciosas). Hollande ha negado que el motivo de la intervención sea garantizar los recursos energéticos, como el uranio procedente de Malí y Níger, vital para las centrales nucleares francesas. Entre el 30 y el 40 por ciento de las importaciones francesas de este mineral proceden de Níger. Igualmente el ataque a la planta argelina de gas pone de relieve esta clave de la real politik en las ocupaciones de Afganistán, Irak, Libia o Malí.
Occidente recoloniza y utiliza el terrorismo islámico como parapeto de sus intereses económicos. Francia dice que vela por la seguridad de sus nacionales, pero la inseguridad se incrementa en todo el mundo. La pobreza es el gran caldo de cultivo de estas milicias, entre otros factores. Se trata de un fenómeno brutal y complejo, uno de cuyos elementos es la venta de tierras fértiles a orillas tanto del Níger como del río Senegal a países y multinacionales. La última década ha demostrado el fracaso de las guerras emprendidas por Occidente en los países citados anteriormente. Es urgente abordar la realidad de estos países desde la paz, el desarrollo y la negociación, resolviendo los inmensos problemas políticos (como la marginación del pueblo tuareg), económicos y culturales que se perpetúan en el continente africano. Incluso en los peores escenarios, como sucedió en el caso de Malí el pasado otoño. En menos de un mes el Consejo de Seguridad aprobó una resolución (2071) el 12 de octubre de 2012 que llamaba a negociar con los grupos rebeldes para lograr su desmovilización. Francia podría haber seguido esta vía en lugar de la guerra, que seguirá provocando muertes y desplazamientos en los países de la zona. Reiteramos la petición de la coordinadora andaluza de ONGD, que ha exigido que se proteja a la población civil de Malí, y apoyamos la petición de compromiso internacional de solidaridad lanzado por los grupos feministas de Malí. Los medios de comunicación ya hablan de una posible cifra de 1 millón de personas desplazadas, fuera y dentro del país, en buena parte mujeres y niños, según Naciones Unidas. La ONU solicitó 123 millones de euros el año pasado para afrontar la grave crisis alimentaria que azota la región y solo se han recaudado 77 millones. Es una muestra de la falta de interés internacional en los programas de paz y desarrollo. Por último al Gobierno español y a los gobiernos de la UE, especialmente a Francia, pedimos el cese de las expulsiones y deportaciones de inmigrantes subsaharianos a Malí y otros países del entorno en esta situación de violencia y riesgo para las poblaciones. * Seguir a @luigiaguilar * Si te ha gustado, COMPÁRTELO y/o VÓTALO:
COMUNICADO DE PRENSA
INCUMPLIMIENTO DE LA RESOLUCIÓN 2085 DE NACIONES UNIDAS POR LA INTERVENCIÓN ARMADA DE FRANCIA EN MALÍ
La APDHA y las organizaciones que componen la R.A.N.A. piden al Gobierno español que no apoye la ocupación francesa y facilite la protección y la seguridad alimentaria de la población civil. También piden el cese inmediato de las deportaciones de inmigrantes subsaharianos a Malí y otros países en conflicto en la zona.
Andalucía, 25 de Enero de 2013
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