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Jesús Gil García, el autor del mejor manual de teología de las CCP

Jesús Gil

Jesús Gil García, fue un cura que nunca quiso dejar de ser cura; centrado siempre en mejorar la vida de los demás -especialmente la de las clases populares, la de los vulnerables- en el barrio del Picarral y en Balsas de Ebro Viejo (ZA)” …

   

Así comenzaba hoy, uno de los sentidos homenajes -In Memoriam- que Plácido Díez publicaba en “El Prismático”, el blog de opinión del Diario.es, edición de Aragón con motivo del fallecimiento de nuestro hermano de las CCP, amigo y compañero Jesús Gil, acaecido la semana pasada.

 

Y es así, en silencio, como se nos van yendo los primeros fundadores de las Comunidades Cristianas Populares (CCP) y/o Comunidades de Base, -y ya van unos pocos en los últimos años-

Sin contar a aquellos que ascendieron en la década anterior, como, José Mª Diez Alegría (con 98), Julio Lois (con 76), Javier Ruiz de Arana (con 83) o Pedro Casaldáliga (con 92), sólo en los últimos 18 meses se nos fueron:

Mariano Gamo (con 92), Pope Godoy (con 90), José Mª Castillo (con 94), José Mª García Mauriño (con 95), el fundador de la Teología de la Liberación Gustavo Gutiérrez, (con 96), a quien esta misma semana le hemos rendido un más que sentido homenaje, Carlos Fernández Ordoñez (con 84) y ahora se nos va Jesús Gil García  quien, para mí, ha hecho el mejor manual de teología de las Comunidades Cristianas Populares en España (CCP) –pese a ser de 2007 y recoger solo nuestras primeras tres décadas- que lleva el mismo título que su Tesis Doctoral “LA TEOLOGÍA DE LAS COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES”, con prólogo de Julio Lois y cuya obra completa (las 356 págs) la podéis descargar, totalmente gratis, aquí:  así como este otro de su libro más reciente “EL NUEVO PARADIGMA CRISTIANO”.

Jesús Gil   

Y los recuerdo aquí –en La Terca Utopía– porque no quiero que olvidemos de quienes aprendimos, ni quienes fueron nuestros compañeros de viaje más aventajados. Por eso de un tiempo a esta parte no quiero dejarme a nadie, y así seguiré. Y lástima que de momento sólo sean hombres (g.a.D. nuestras teólogas son más jóvenes).

Jesús Gil sufrió –como escribe el citado periodista Plácido Díez– una conversión radical en Bolivia a principios de los 70. Junto con otros cuatro compañeros, recién ordenados sacerdotes, fueron a evangelizar a Cochabamba y todos regresaron evangelizados por la cercanía a los pobres y expulsados por orden del arzobispo y del dictador Hugo Banzer.

Ese mismo año, 1974, tuvo que abandonar la parroquia de Santa Ana en su barrio de Balsas -expedientado como otros curas obreros- por solidarizarse con el cura de Fabara, Wirberto Delso, enfrentado al entonces arzobispo de Zaragoza, Pedro Cantero.

Acogido por la comunidad de jesuitas de la parroquia de Belén, Jesús Gil comenzó su andadura como cura obrero volcándose en la lucha vecinal en el Picarral, al tiempo que promovía las Comunidades Cristianas Populares en Aragón. Allí en el barrio del Picarral, ejemplo de libertad, de ciudadanía y de coraje comunitario, había nacido la primera asociación vecinal en 1970, hace ya 55 años.

Jesús Gil no creía en los dogmas, ni en las verdades absolutas ni en los milagros. Sí creía en el regreso al cristianismo original basado en el único mandamiento del amor desinteresado y gratuito a los pobres, a los marginados y a los refugiados, “incluso a los enemigos”.

Su mensaje era laico, el de la consecución de una sociedad digna y justa en la que el hombre y la mujer son iguales, fuera de todo dominio y autoridad, una sociedad impregnada de la cultura del cuidado sobre todos los seres de la naturaleza.

Junto a Elena formó una familia, tuvieron dos hijos, Pablo y Teresa, y aún pudo disfrutar durante dos años de su nieta Manuela. Su trabajo, unido al de tantos otros luchadores vecinales de los barrios populares, se puede comprobar en el Picarral donde hasta bien entrada la década de los 70 las calles se convertían en barrizales cuando llovía, eran paso obligado para los carros de combate y vehículos militares que iban al campo de maniobras de San Gregorio, convivían con industrias contaminantes, no había colector de aguas pluviales, ni colegios, ni centro de salud,  ni guarderías, ni parque

 

Y como ya hay una memoria colectiva, de recuerdo y agradecimiento hacia la figura de Jesús, no tengo nada más que añadir a lo recogido en RRCC y en las páginas de las CCP de Zaragoza, que recopilan las CCP de Graná y que podéis leer a continuación aquí: En memoria agradecida a Jesús Gil  Y también, este bello poema de Santi Villamayor. D.E.P. hermano Jesús.

 

JESÚS, QUÉDATE CON NOSOTROS

PUES ATARDECE

 

¿Dónde te vas, Jesús

por este hueco del muro,

donde te vas tan seguro

si la muerte no es lo tuyo?

 

Pionero pegado a la gente

hoy nos dejas perdidos

en la mudanza creyente

de este cambio de siglo.

 

¿Huyes de tanta salvación y bulo

o vuelas buscando otro rumbo?

 

Vuelo por amor

a un «no sé dónde» indefinido

a la sombra de Dios

a la luz de lo divino

 

Pero, ¿Vuelas o huyes?

 

De nada huyo, compañero,

voy buscando…

lo que aquí solo he probado,

…voy caminando

de misionero católico, a cura de la liberación

de la revolución, a la democracia de compasión

de distinguido sacerdote, a currante de la fe

de la Historia de Abrahán,

a  la Gran Historia de la humanidad

y de la certeza doctrinal a la innovación del creer

 

¿Cuántos pasos de Mar Rojo has andado

sin ahogar a la caballería enemiga?

¿Cuantos lavatorios de pies

sin sacrificios redentores?

 

Tantos como caben por este marco,

tantos como son los de un amor sin fondo,

los de una plenitud que allí agrando

¡los de un ventanal azul en el muro de blanco!

 

Te has ido Jesús, y aquí nos quedamos

en este regazo universal

de una esperanza común e imprecisa

desnudos creyentes, agnósticos enamorados,

religiosos y ateos, nativos y exiliados.

 

No queremos blasfemar el credo

sino caminar sobre las aguas,

llevando un pan común

para el hambre del pueblo,

el vino de una esperanza sin certezas

y de un amor sin condiciones.

 

Se nos ha muerto Jesús de nuevo,

el de ayer y el de hoy

 

Siempre clavados a la gente

hoy nos dejáis perdidos

en la mudanza creyente

de este cambio de siglo

 

Quédate con nosotros Jesús,

pues ya amanece…

entre la vida y la muerte

 

Por Santi Villamayor, el 28-1-2025, en el funeral de Jesús Gil

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