Desde el Opus Dei hasta Vox, pasando por HazteOír, su filial internacional CitizenGo o su cercana sociedad secreta El Yunque junto a la Red Política de Valores del exministro Mayor Oreja, o las fundaciones Disenso, y Libertad y Desarrollo (con sede en Guatemala, Miami y Madrid) ya tendríamos configurado casi todo el Think Tank ultra español. Un laboratorio de ideas o Red que se configura como el motor de movilización y agitación de la ultraderecha en España.
Claro que aquí no están todos los que son. Manos limpias o los Abogados cristianos, no andan lejos de ese Think Thank y por supuesto, esos viejos Guerrilleros de Cristo Rey o Comunión y Liberación, Fuerza Nueva, la Falange Española, Democracia Nacional o Resistencia Democrática… Hasta 35 organizaciones de la ultraderecha en españa nos señala Wikipedia. Pero quedémonos con los primeros que son hoy día los más peligrosos, aunque a un servidor no se le olvida el miedo a los guerrilleros de Cristo Rey con los que compartí una formación de magisterio que resultó una encerrona de nuestro profesor de F.E.N (Formación del espíritu nacional para los más jóvenes, que era una asignatura obligatoria en la formación de aquellos maestros de la promoción del 74).
Una España que desempeña un rol clave a través de dichos actores que son quienes han creado redes y articulado “estrategias transnacionales” que han acabado impactando en América Latina o África. Y una España a la que definen en el informe citado en este enlace, como “un nodo” que “exporta” discursos, ideas y tácticas con el objetivo de “dar la batalla cultural contra determinados consensos”, es decir, “hacer cada vez más aceptable la idea de que no solo algunos derechos son prescindibles, sino que deben ser revertidos”. El informe, elaborado por un equipo de nueve investigadores capitaneado por la brasileña Sonia Corrêa, ilustra a través de los casos de cinco países –Argentina, Chile, Guatemala, El Salvador y Kenia– cómo la influencia española “ha contribuido” en el exterior al crecimiento de la extrema derecha y al bloqueo de los derechos sexuales y reproductivos como el aborto.
Y como decía el Hervé Le Bras, “La ultraderecha actual no es nazismo, pero existe un mecanismo de articulación común” una frase que me impactó de la gran entrevista que le hace El.Diario.es a este gran demógrafo francés.
Para saber más:
- Del Opus Dei a Vox: una investigación sitúa a España como nodo clave del contagio ultra global
- Hervé Le Bras: La extrema derecha actual no es el nazismo, pero…
- El auge de la extrema derecha.
- El auge de la derecha radical en la UE.
- De El Yunque a Hazte Oir: Así se financia la ultraderecha en España, en Mexico y en el mundo.