Desde hace varias décadas, mucha gente inquieta y demasiados creyentes, vieron cómo se les cayeron casi todos los palos del sombrajo y que ya no podían ser creíbles, ni ante sus nietos, si mantenían los viejos dogmas, ritos y parafernalias del catecismo.
Mucha gente de las CCP -Comunidades Cristianas Populares-, de la Iglesia de Base de Madrid y de diversas iglesias de base e infinidad de grupos y movimiento creyentes, llevábamos reflexionando sobre las nuevas teorías científicas y epistemológicas de la ciencia, sobre los textos de grandes precursores como Rogers Lenaers, John Shelby Spong, José Mª Vigil o María López Vigil, y todo eso de que ya no hay dos pisos (el de arriba con un Dios Omnipotente, y el de abajo con los seres humanos y los demás seres del universo), de que, aunque el cielo no exista, otro cristianismo es posible,…
Y todo ello ha ido calando y dándonos un nuevo escenario para mantener lo que al final nos ha importado siempre, que es el seguimiento al Jesús histórico, a Jesús de Nazaret y la implantación del Reino.
En diciembre de 2016, sin ánimo de protagonismo, ni representatividad alguna, en la madrileña parroquia de San Carlos Borromeo surgió un pequeño y heterogéneo grupo multidisciplinar que decidió aunar esfuerzos, compendiar materiales y divulgar propuestas para la reflexión, sobre estos temas. Y lo que parecía una tertulia de buenos amigos, algunos recién conocidos por venir de entornos tan diferentes como la espiritualidad del 15-M, los círculos de espiritualidad progresista de Podemos, monjes, gente de comunidades y también de otras religiones… se ha venido consolidando hasta la actualidad. Hasta que hoy disponemos de dos blogs en los que se puede encontrar todo lo aquí enunciado.
Uno es “Valores y Creencias” y el otro es “Paradigmas emergentes”. No os los perdáis, porque tienen materiales para la reflexión personal y comunitaria sobre estos temas.
El nuevo paradigma cristiano podría definirse como un paradigma humanista transformador, que tendría las características de post-religional, posteísta, ecológico, pluralista, feminista y liberador, como ya fue bien resumido por Jesús Gil García, de la Comunidad maña de Balsas y publicado en Redes Cristianas en el artículo titulado “Los pilares del nuevo paradigma cristiano”
Durante mucho tiempo ya, hemos puesto en tela de juicio muchas de nuestras certezas consideradas como verdades absolutas, y ahora nos toca deconstruir y reconstruir. Es decir que hay que volver al paradigma fundacional del cristianismo, desechando los parches añadidos a través de los siglos, que no estuvieron en el cristianismo originario (el celibato fue opcional durante muchos siglos, por ejemplo).
Pero, en realidad, el nuevo paradigma cristiano no es uno, sino múltiple. El Grupo internacional de investigación sobre los nuevos paradigmas epistemológicos, culturales y práxicos habla, al menos, de otros 5 subtipos de paradigmas, a saber:
+ Nuevos paradigmas científicos y culturales. Porque, a pesar de los grandes avances científicos que han desbordado esa visión materialista del mundo, nuestra cultura dominante sigue basándose en un mundo donde sólo existen átomos que interactúan.
+ Nuevos paradigmas espirituales. Porque en el mundo actual, donde convergen distintas formas de vivir la espiritualidad, hay grandes oportunidades para trascender viejos dilemas o profundizar en la espiritualidad desde una perspectiva histórica muy afortunada.
+ Nuevos paradigmas religiosos. Porque nuestra relación con el hecho religioso ha de transformarse, muchas veces desde su misma raíz, para dar lugar a algo nuevo.
+ Nuevos paradigmas en los humanismos sociopolíticos. Porque comprendemos la realidad desde la ciencia y las teorías sociales, y hemos de motivarnos para transformarla desde diversas espiritualidades; y, finalmente, porque colaboramos en la extensión de un ecohumanismo politico, social y personal.
+ Nuevos paradigmas ecofeministas. Porque frente a la mayoría de privilegios en manos de los machos, gracias al feminismo, esto está cambiando. El ecofeminismo apuesta por una escala de valores diferentes, donde el cuidado y la sostenibilidad se alían con la escucha, la sensibilidad de ver lo escondido y valorarlo… Y anima a la sociedad a caminar hacia esos nuevos privilegios.
Bien sabemos que religión no es lo mismo que espiritualidad. Y menos aún lo que llamamos hoy nuevas espiritualidades. Como bien señala mi hermano de las CCP de Zaragoza Jesús Gil, “…la espiritualidad hace referencia a la realización de las posibilidades profundas del ser humano a la dimensión trascendente de la experiencia humana; las religiones son las concreciones, las estructuras, realizadas por la persona humana, a través de las que el ser humano se relaciona con la divinidad”.
Es por eso por lo que los nuevos paradigmas cristianos entran dentro de lo “posreligional”, ya que van más allá de las religiones, en lo que podríamos llamar una espiritualidad laica, humanista y revolucionaria.
Hablar de nuevos paradigmas, nuevo eje, nuevo tiempo axial… puede resultar excesivamente teórico y desde luego un discurso algo elevado, pero la realidad es la que es, y las nuevas espiritualidades por las que gran cantidad de gente siente atracción, más que por cualquier cosa que huela a religiones, tienen que ver mucho con estos nuevos paradigmas y nuevos tiempos en los que la ciencia y los últimos descubrimientos dejaron en evidencia demasiados cuentos de la cristiandad.
Por eso, a la vez, titulábamos ésta reflexión, nuevos paradigmas, nuevas espiritualidades y NUEVOS COMPROMISOS, y por aquí es por donde queremos terminar. De nada serviría desvestir un santo y vestir otro si nos quedamos mirando para otro lado ante todo lo que está pasando a nuestro alrededor.
Yo maldigo constantemente “el silencio de los buenos” del que hablaba Martin Luther King.
Por eso hablamos del nuevo paradigma cristiano como un paradigma liberador, en la línea de la Teología de la Liberación. El cristianismo tiene que ver con la situación esclavizaste de la sociedad en gran parte de la humanidad, sobre todo en el Tercer Mundo, pero también en el mundo más desarrollado. “El nuevo paradigma opta por los pobres y se compromete en su liberación. La salvación que promete se llama liberación de toda opresión y esclavitud. Y ello, a realizar no en el más allá, en el Reino de los Cielos, sino a iniciarlo en este nuestro mundo, mediante el compromiso liberador de los seguidores de Jesús de Nazaret, contra toda forma de esclavitud y explotación” (Ibídem J. Gil).
Y como esto no debe extenderse más, lo dicho; a visitar Valores y creencias y Paradigmas emergentes, y a obrar en consecuencia.
(*) Artículo escrito y publicado en UTOPÍA, la Revista de l@s Cristian@s de Base .
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