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Basta ya de odio: No más bulos sobre inmigrantes

Sobre la inmigración, sus causas y consecuencias, la plena ciudadanía  o desmontado la cantidad de bulos que se difunden sobre las personas inmigrantes, no es la primera vez que escribimos aquí.

Ayer Javier Ruiz estuvo sembrado en su programa de mañaneros 360º grados y por eso hoy arranco con sus propias palabras en estos dos vídeos que monté en Tik Tok sobre dicha intervención en la que gráficamente desface las últimas y más perversas mentiras de Vox sobre la inmigración.
1. https://vm.tiktok.com/ZNHbovntLBugm-BAWpm/  y

2. https://vm.tiktok.com/ZNHbocrADqX4b-unLrO/ 

Igualmente clarificadora es la breve reflexión del juez Joaquín Bosch sobre el mismo tema  https://vm.tiktok.com/ZNHboUEejxhVL-Mbnrn/

Finalmente, reproducimos el comunicado que hemos hecho desde redes cristianas denunciando esa vulgar amenaza de Vox de deportar a casi 8 millones de inmigrantes de España, si llegan al gobierno, y con eso ya sobran mas comentarios que los que nos podais dejar aquí abajo.

COMUNICADO DE REDES CRISTIANAS POR LA VERDAD, LA DIGNIDAD Y LA CONVIVENCIA
Hay que deportar a más de ocho millones de inmigrantes,
aunque muchos hayan nacido aquí, vivan aquí o tengan hijos
españoles para sustituir a la población autóctona. (Vox)

Ante las palabras infames y profundamente deshumanizadoras que Vox ha vertido contra los inmigrantes —incluyendo la amenaza de expulsar a más de 8 millones de personas que viven, trabajan, estudian y han nacido en España—, los ciudadanos y ciudadanas de este país no podemos ni debemos permanecer en silencio.

Decir que los inmigrantes vienen a vivir de ayudas, que colapsan servicios o que amenazan nuestra identidad o seguridad, no solo es falso sino que es indecente. La realidad —observable y medible— desmiente esta narrativa tóxica: los inmigrantes trabajan en condiciones más duras, más precarias, y en sectores donde la población autóctona ya no quiere o puede trabajar: en el campo, en la hostelería, en el cuidado de mayores, en el transporte, en la limpieza, en la sanidad. Sostienen nuestro sistema público con su esfuerzo y con sus cotizaciones.

Además, son ellos quienes están manteniendo viva la natalidad en un país envejecido y estancado demográficamente. Son padres y madres que trabajan y crían, que aportan a nuestras aulas, a nuestros barrios, a nuestro porvenir. Y aún con todo esto, siguen
siendo blanco de mentiras y odio.

¿Dónde está la ética cristiana de quienes agitan estas ideas? El Evangelio, lejos de sembrar miedo, exige hospitalidad: Fui extranjero y me acogisteis; (Mateo 25,35). El Papa Francisco fue muy claro: “Nadie es extranjero en la casa común”. Condenó el racismo, el rechazo al migrante, y recordó que cada ser humano tiene una dignidad inalienable.

Desde la perspectiva del Derecho Internacional, la protección de las personas inmigrantes es una obligación, no es ningún capricho. España ha firmado convenios que protegen sus derechos, que condenan la discriminación y promueven la convivencia. Los derechos humanos no se negocian, no se votan, no se subordinan a encuestas ni a cálculos electorales.

¿Dónde están los obispos españoles que, con tanto ardor, defendían a Vox? ¿Por qué se callan? ¿Por qué no levantan su voz ante una clara ofensa a los más pobres y vulnerables? ¿Por qué se tolera la mentira organizada, financiada con dinero público?

¿Tenemos que seguir subvencionando a quienes mienten, dividen, insultan y socavan la democracia desde dentro? ¿Es que no hay límites, ni responsabilidad, ni decencia? … Los obispos deberían ser proféticamente valientes y alzar su voz para decir públicamente -a todo el mundo- que las personas que rechacen a los inmigrantes no son cristianas, por mucho que quieran presumir de ello.

Exigimos a estos falsos políticos que se retracten. Que abandonen la manipulación como estrategia política. Porque en este país no sobra ningún ser humano honesto, trabajador y digno. Lo que sí sobra es el discurso del odio, el populismo que señala al débil para proteger al poderoso, la ideología del miedo y del desprecio. Si alguien sobra en este país es Vox y su filosofía de exclusión. Sobra su desprecio a los valores constitucionales, a la convivencia, a la verdad.

Este no es solo un clamor político: es un deber moral. La España que queremos no levanta muros ni propaga mentiras. La España que somos abraza, convive, defiende la justicia. No callaremos. Porque la dignidad humana está por encima de cualquier frontera o bandera. Y porque lo que está en juego no es solo el presente de los inmigrantes, sino el alma de nuestro país.

Desde Redes Cristianas gritamos: ¡Basta ya de odio! ¡Sí a la verdad, a la justicia y a la fraternidad!

 

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