ROSA VILLADA: una mujer pionera, comprometida con su tiempo y a la que el Camino de Santiago, cambió su vida.
(Esta es la entrevista que aunque «amateur» le hice a Rosa, una auténtica periodista, comprometida e independiene, que por decir mas de la cuenta (por ejemplo de PP Bono) se le cerraron todas las puertas. Como quiera que ya ha salido publicada en UTOPIA, la revista de Cristianos de Base en cuyo Consejo de Redacción estoy desde hace mas de 2 décadas, os ofrezco aquí un amplio resumen, que creo que puede ser de interés para mas de una y de uno).
Lo que sale en las biografías.
Rosa Villada Casaponsa es natural de Albacete, está casada, tiene dos hijos y es periodista; una profesión a la que le ha dedicado media vida. Redactora de los tres diarios locales mas importantes, directora de dos regionales, así como del primer periódico digital de la provincia; comentarista política en la Ser y la Cope, corresponsal de Europa Press, de ABC, del Independiente, de El País o de la emisora alemana Radio Baviera y, finalmente, jefa de Prensa en el Ayuntamiento de Albacete. En el año 2000, y tras innumerables presiones, por haber ejercido un periodismo de los que toma parte, lo abandonó para dedicarse a la literatura. Y actualmente imparte talleres de escritura creativa en la Universidad Popular y da una asignatura de análisis de los MCS en la Universidad de la Experiencia.
Y lo que no sale en las biografías
A punto de cumplir 55 años, ella misma nos cuenta que ha vivido muchas vidas distintas a lo largo de todos estos años, como si fuera un personaje de las novelas que escribe. Rosa es una mujer pionera en muchas cosas: fué la primera mujer que dirigió un periódico en Albacete, la primera que presidió la Asociación de la Prensa, la primera que fundó aquí un periódico digital, la primera que se dedicó al comentario político, la primera en divorciarse en esta ciudad, nada más aprobarse la Ley del Divorcio e incluso la primera en conseguir, además de la custodia del niño, la patria potestad.
Educada en la fe católica, fue a un colegio de monjas desde los tres a los trece años, y allí se dio cuenta de que sus convicciones internas no tenían mucho que ver con algunos comportamientos de los que en el colegio se practicaban (por ejemplo, tener separadas y tratar de distinta manera a las niñas que pagaban de las gratuitas, las cuales tenían clases separadas y en el sótano). Cuenta ella que fueron las injusticias que veía a su alrededor -que no casaban con la doctrina que pretendían enseñarle-, las que le llevaron a separarse de la iglesia como institución, aunque conservara intactas sus convicciones internas. Y esto es algo que hemos podido comprobar personalmente, en unas jornadas de espiritualidad que, sobre Santa Teresa y San Juan de la Cruz, nos dió a la comunidad del Olivo.
Me contaba también, cómo con el paso de los años empezó a distinguir entre religión y espiritualidad, y como se dio cuenta que la verdadera espititualidad era más una forma de vivir, que practicar unos rituales concretos y/o aferrarse a unas rígidas creencias. Y tambien confesaba que hoy en día reconoce mucho mas, en ella y en los demás, esa parte espiritual que tenemos cada ser humano al margen de las creencias, así como el papel que nos ha tocado representar a cada uno en lo que ella denomina “el juego de Dios”, que es como ha titulado su última novela, cuyo comentario puedes encontrar en las últimas páginas de UTOPIA. Así, como el que no quiere la cosa, ya lleva 5 y, aunque no le den para vivir, a mi me da que es muy, pero que muy feliz. De hecho, y precisamente porque esta no es la Rosa que yo conocí, y porque irradia una paz digna de compartir es por lo que hoy os la traigo aquí.
Destaco de sus confesiones que tras “representar varios papeles, a lo largo de su existencia empezó a ejercer el periodismo de forma, digamos “casual”, (aunque para ella las casualidades sé que no existen) y fue, comentando e informando sobre cuestiones relacionadas con la política, como se metíó de lleno en ese apasionante oficio, que terminó atrapándola y haciéndole partícipe de sus miserias. Y por eso, porque se implicó más allá de la mirada distante que debe mantener cualquier periodista sobre lo que informa o comenta, fue por lo que le llegaron tantos problemas, que se le cerraron todas las puertas profesionales. Algo que estuvo a punto de acabar con su equilibrio interno, y -que según confiesa ella-, nunca le había faltado en todas las dificultades de su vida.
Fue en este contexto en el que ella reconoce haber sentido que debía tomarse un respiro y que, siguiendo una poderosa llamada interna, se fue a hacer el Camino de Santiago, -andando durante un mes, desde Roncesvalles a Santiago- y que, a raíz de esa experiencia, su vida cambió radicalmente y marcó un punto de inflexión entre el antes y el después. Dice ella que cuando volvió a su casa se dió cuenta de que ya no podía seguir haciendo lo mismo y que, tras un corto periodo de reflexión, abandonó el periodismo activo para dedicarse a la literatura, que era lo que siempre había querido hacer. Y en ese momento, en el otoño de 2000, empezó a escribir su primera novela.
Háblanos más del Camino de Santiago y de la revolución que tú llamas de la conciencia.
Durante los 30 días que estuve recorriendo el Camino de Santiago, me dí cuenta de que ésta es una ruta iniciática que puede cambiar a las personas y a mí me cambió. Las experiencias que tuve me abrieron las puertas para conectar con mi ser divino. La forma de verme a mí misma y de percibir la realidad, cambiaron por completo. Comprendí que el mundo es distinto para cada persona, porque cada uno lo ve de una forma diferente. Y si cambiamos nuestro punto de vista, el mundo entero cambia porque lo único que tenemos para percibir la realidad es nuestro particular punto de vista. Con él, no sólo vemos la realidad, sino que también somos co-creadores de la misma. Por eso el mundo nunca va a mejorar mientras no mejoremos nosotros mismos.
Hasta ahora todas las revoluciones han fracasado en su intento de mejorar el mundo. La única revolución que aún no hemos hecho es la de la conciencia. Y sólo ésa, con la colaboración de todos, podrá mejorar el mundo en que vivimos. Yo soy optimista y creo que, en estos tiempos, ya se están dando grandes pasos para que la conciencia de las personas pueda cambiar este maltrecho planeta. No veo otra solución; o somos capaces de hacerlo, o nos iremos al garete como sociedad, porque los viejos esquemas sobre los que hemos edificado nuestra existencia, ya no se sostienen.
Y unas palabras sobre la mística, en estos tiempos de crisis.
La mística no es algo que pertenece al pasado y nuestros grandes místicos; San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, pueden estar de plena actualidad. La palabra “mística”, viene de “mixtura”, mezcla, y representa la unión del alma humana con Dios. Por eso no es algo del pasado, sino que está relacionada con el camino espiritual que recorre cualquier ser humano.
El “Cántico Espiritual” de San Juan de la Cruz, no sólo es una joya desde el punto de vista poético, sino que nos describe el viaje del Alma utilizando una metáfora de gran belleza. Lo que nos propone en “Las Moradas” Santa Teresa es que hagamos de nuestro castillo interior nuestro refugio frente al mundo externo, y un lugar en el que podamos hablar con Dios. Para ello expone un estructurado viaje interior de transformación, a través de distintas estancias o moradas: Desde las mazmorras -donde tenemos encerradas y prisioneras a todas las personas que no hemos podido perdonar, a las que guardamos rencor o deseamos algún mal- hasta llegar al centro de nuestro castillo, donde mantenemos un contacto continuo con nuestra divinidad.
Hablando de la mujer, relacióna la energía –masculina o femenina- con el feminismo.
La energía femenina está presente en la Naturaleza, en todos los seres vivos y, naturalmente, también en los seres humanos. La mujer ha sido muy denostada a lo largo de la historia, y también muy glorificada, a veces por los mismos que la denostaban. Yo creo que todos hemos vivido muchas vidas, en unas ocasiones como hombres y en otras, como mujeres, dependiendo del papel que tuviéramos que representar y de las lecciones que tuviéramos que aprender. Al igual que la energía femenina está presente en todo el universo, también lo está la masculina, porque para que haya vida tienen que existir los dos polos.
Durante siglos, la energía masculina, relacionada con el poder, ha llevado la voz cantante. Por eso los hombres han sometido a las mujeres, y todavía hoy lo siguen haciendo. Esta situación ancestralmente injusta fue la que provocó en el siglo xx el triunfo del feminismo. Actualmente sigue persistiendo la violencia –no sólo física- contra muchas mujeres, pero desde una perspectiva mayor yo creo que el siglo XXI ya no puede ser el de la mujer, sino el de los seres humanos –hombres y mujeres, energía masculina y femenina- trabajando al unísono para su evolución.
Y sobre la violencia de género, ¿sirven las leyes para evitarla?
Los problemas sociales que afectan hoy en día a muchas mujeres no pueden resolverse sólo con las leyes. La sociedad siempre va por delante de las leyes, y lo único que hacen los políticos es crear una ley, contra la violencia de género, por ejemplo, cuando este grave problema – que siempre ha existido- sale en los telediarios. Pero las leyes, aún siendo necesarias, no resuelven los problemas. Sólo le dan carta de legalidad a lo que antes permanecía oculto… Pero el problema persiste, tal y como estamos viendo. A nadie le interesa profundizar en el porqué. Y esa falta de profundizar en la raíz de los problemas, propicia que no se resuelvan.
En mi opinión, la sociedad en la que vivimos, y que hemos creado entre todos, está enferma. De la misma forma que está enfermo y desequilibrado el ser humano, porque ha ido alejándose de su Fuente, de su centro y de la conexión con su propia divinidad. Ese es el auténtico problema, y todos los demás –afecten a los hombres o a las mujeres- son sólo síntomas de esa grave enfermedad. ¿Qué cómo se cura?… Pues se cura desde dentro, porque todo lo que vemos y vivimos fuera, no es más que un reflejo de nuestro interior. Tal y como hemos dicho antes, para mejorar el mundo en que vivimos sólo existe un camino: mejorarnos a nosotros mismos. Nadie puede mejorar ni cambiar a otro. Hay que empezar por nosotros mismos… Y lo demás vendrá por añadidura.
Háblanos de la prensa, de su clientelismo, de la falta de credibilidad, de la política que la secuestra…
El mayor problema de los MCS es que han abandonado su esencia, que es la de informar, y están totalmente politizados. Antes los medios pertenecían a las grandes empresas periodísticas que tenían unas líneas editoriales y sabías a que atenerte; pero ahora un % elevadísimo está en manos de constructores y empresarios que apoyan a unas fuerzas políticas y a cambio reciben unos beneficios. Cada uno defiende rígidas posiciones en lugar de informar, la libertad que tienen es cada día más escasa y la falta de credibilidad empieza a ser tremenda.
Pero no es verdad que hay vida mas allá de los medios, de la SER, de PRISA, de la COPE, …
Pues claro que hay vida, y muchas formas de llegar a la ciudadanía que ya empieza a pasar de los medios clásicos porque precisamente ya no se los creen. Mira lo que ha pasado con Obama en EEUU y la campaña de Internet. Hoy hay cada vez mas gente que se informa en los medios alternativos, que accede a la información a través de la red, el contacto mas directo… y eso si empieza a ser influyente.
Y sobre la política, ¿tenemos alguna solución? O el sectarismo acabará con ella.
La política es una actividad apasionante que también ha desvirtuado sus objetivos. Su fin es servir a los demás y no servirse de los demás. Todo lo que no sea dar un giro de 180º será poner parches sobre parches. En la política debería estar lo mejor de cada casa y no lo peor; los y las mas preparadas a todos los niveles, para poder hacer algo por los demás. Las estructuras de los partidos están obsoletas. Se basan en estructuras de poder que tienen que controlar todo y a los demás para poder poner a los míos. El comportamiento de los partidos es muy sectario –o estás conmigo, o estás contra mí- Casi todo se va en las luchas internas, gastando el dinero y las energías en ello en lugar de servir a la ciudadanía, cuando solo están para eso. Si no hacen eso, lo mejor que pueden hacer es irse.
Y para acabar, ¿tienes esperanzas de que todo esto mejore, a pesar de la crisis?
Yo si que tengo muchas esperanzas de que estas cosas mejoren. La crisis nos está demostrando que las cosas no pueden seguir por ese camino, aunque nos tengamos que dar un buen batacazo. Espero que en un futuro surja gente mas preparada en la política y con una verdadera vocación de servicio. Los MCS también están en crisis y no solo de credibilidad, que comentábamos; hay deudas, supresiones de puestos de trabajo, no se han hecho inversiones sino que se han dedicado a acumular como empresas,… Los periodistas deberían hacer un autoanálisis de lo que están haciendo, pues aunque son las empresas las que contratan, uno siempre tiene la libertad personal para decir “de aquí no paso”.